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Cuidados y consejos

Estamos todavía acostumbrados a considerar a los gatos como unos seres autosuficientes. En los semidomesticados gatos de granja esto quizá sea cierto pero un gato casero depende de nosotros para muchas cosas más que ponerle la comida o darle un nombre y si se trata de un gatito, la atención que le dediquemos los primeros meses será fundamental para disfrutar de la compañía de un gato sano y, muy importante, educado.

LA LLEGADA A CASA

Cuando un gatito llega a nuestra casa, debemos dejarle que explore todo su nuevo territorio con tranquilidad. La caja de arena la situaremos en un lugar tranquilo y de fácil acceso y sobre todo alejada del lugar donde le pongamos su comida.

Deberíamos informarnos de qué es lo que estaba comiendo hasta ese momento para no realizar un cambio brusco de alimentación y provocarle problemas intestinales.


CUIDADOS DE UN GATITO HUÉRFANO

Si nuestro gatito tiene pocos días de vida, nosotros deberemos suplir los cuidados que le daría su madre. En clínicas veterinarias y pajarerías encontraremos numerosas leches artificiales especialmente formuladas para gatitos.

Durante sus primeros días de vida deberemos darle una toma cada dos horas, pasar a una toma cada cuatro horas en la segunda semana e ir distanciando paulatinamente las tomas hasta llegar  a la cuarta semana en la que comenzaremos a darle comida sólida.

Debe además tener un cesto o cuna donde pueda refugiarse, dormir abrigado y sin corrientes de aire.

Durante estas primeras semanas, los gatitos huérfanos necesitan además que les estimulemos la zona anal para que puedan defecar normalmente. Lo haremos aplicando un algodón humedecido con agua caliente por el ano y la tripa.

El momento óptimo para enseñarle a usar su caja de arena se sitúa entrela tercera y cuarta semana .


ALIMENTACIÓN

Proporcionar a un gatito la alimentación correcta para su desarrollo ya no es ningún problema.

Hoy podemos escoger entre un surtido de alimentosespecialmente preparados para gatitos que cubren perfectamente sus necesidades en cuanto a calcio, vitaminas, proteínas (con aminoácidos
esenciales, como la taurina), etc.  Darle dietas caseras, pese a las altas dosis de cariño que contienen, a veces no sólo es incompleto, sino incluso perjudicial (diarreas por intolerancia a la leche, deformidades del esqueleto por desequilibrios calcio/fósforo, etc.).



Dentro de la elección entre comida húmeda (latas)  y seca (pienso), preferimos que predomine siempre la seca debido a sus múltiples ventajas: favorece el cuidado de los dientes,  anteniéndolos  limpios y fuertes, mayor comodidad ya que se conserva en perfectas condiciones aunque pase tiempo en el comedero, no atrae insectos, y el gatito disfruta cuantas veces quiera de
un plato apetitoso a lo largo del día.



Deben tener además agua fresca y limpia a su disposición todo el día.

HIGIENE

El pelo: El cuidado del pelo es básico. Es conveniente cepillarles diariamente, sobre todo a los gatos de pelo largo, para evitar la formación de nudos  y más en las épocas de muda ya que es en éstas cuando aparecen problemas intestinales por la aparición de “bolas de pelo”.

Estas son cúmulos de pelos en intestino y estómago que impiden la normal defecación y provocan vómitos frecuentes. Para evitarlo, se administra semanalmente o con mayor frecuencia, según la necesidad, jalea de malta, lo que facilita su expulsión.

Si se les acostumbra, con delicadeza, desde pequeñitos se les puede bañar. No es aconsejable bañarlos más de una vez al mes  ni emplear productos destinados al hombre, ya que ni el pH ni las necesidades del pelo son las mismas.

Las orejas: Una vez por semana no le vendrá nada mal al gatito una limpieza de oídos, con gasas o toallitas específicas para tal uso. Si presenta abundante cera oscura y se rasca con frecuencia es posible que tenga ácaros en los oídos, un pequeño parásito muy común entre los gatos, que se alimenta de la cera del oído externo. No hay de que preocuparse: no se contagia a los humanos y se elimina en unos días con un sencillo tratamiento.



Los ojos:  Los más afectados son los gatos persas. Cuanto más chatos más lagrimean debido a la estrechez en los conductos lagrimales que deberían drenar la lágrima a la nariz. Habrá que limpiarles  la zona con toallitas para evitar que la piel se irrite. Si el gato es blanco, ese exceso de lágrima suele teñir el pelo marcando unas antiestéticas “ojeras”. Existen productos en el mercado que mitigan la coloración oscura del pelo si se aplican frecuentemente sobre éste.

Las uñas: Las uñas del  gato crecen continuamente, y las gastan contra los árboles, la madera...o el sofá del salón y las alfombras. Podemos intentar evitar los desastres domésticos colocando a su alcance rascadores (postes de cuerda o moqueta) lo más tempranamente posible. No  debemos obligar al gatito a “rascar” en él ya que entonces no será bien aceptado. Lo que debemos intentar es jugar con él en esa zona con una cuerdecita... para que aprecie lo gustoso que le resulta quedarse enganchado con sus uñas. Las podemos cortar además cada vez que sea necesario con una tijeritas especiales.



Los dientes: Si queremos que nuestro gatito tenga siempre unos dientes libres de sarro, deberíamos acostumbrarle desde muy pronto a cepillárselos. Existen cepillos y pasta de dientes  específica para ellos (no debemos usar las pastas dentífricas de humanos, ya que pueden ser tóxicas e irritantes). Un cepillado una vez por semana sería suficiente.



La caja de arena: Es fundamental y no debemos descuidar su higiene nunca. Recomendamos que las heces se eliminen diariamente con una paleta. Con ello conseguimos dos objetivos: por un lado sabremos cómo son (demasiado duras, pastosas o bien diarreicas) y por otro evitaremos que el gatito haga sus deposiciones en otro lugar que no sea su caja, cosa que ocurre si ésta se encuentra demasiado sucia.

Un problema que surge con frecuencia y sobre todo en los persas, es que las micciones las hacen en la caja, y en cambio defecan fuera. Suelen ser gatitos excesivamente escrupulosos a los que les gusta tener dos cajas, una para cada función, por lo que la solución es sencilla.

CUIDADOS MÉDICOS: VACUNACIÓN

Entre las muchas y muy graves enfermedades infecciosas a que se ven expuestos los gatos, hoy podemos prevenir las más peligrosas (peritonitis, leucemia, rinotraqueítis, clamidia, etc.) con un acto tan simple como la vacunación a partir de los dos meses de edad y siempre que el gatito se
encuentre en perfecto estado y haya sido desparasitado.

Muchos propietarios se plantean la necesidad o no  de vacunar a su gatito, alegando que no van a salir de casa nunca... Deben saber que aproximadamente un 40% de los gatos que padecieron  Peritonitis infecciosa felina (enfermedad mortal y sin tratamiento conocido hasta el momento) eran
caseros y no habían mantenido contacto directo con  ningún otro gato. La explicación es sencilla: a través de nuestro calzado y ropa introducimos en casa esos gérmenes que pueden afectar a nuestro gato.

DESPARASITACIÓN

Cuando un gatito llega a nuestra casa, deberíamos  hacer que lo explorase un veterinario  nmediatamente para desparasitarle tanto externa como internamente: su veterinario apreciará si tiene pulgas, ácaros, hongos... y los tratará si es necesario, de una forma sencilla.

El parásito externo más frecuente es la  pulga, debiendo ser tratado además del gatito su entorno. Las micosis (hongos) es otro de los problemas frecuentes.

El estrés del gatito debido a la separación de la madre, cambio de alimentación... provocan en algunos casos que esta enfermedad se manifieste.

Provocan la caída del pelo de forma localizada en una o varias zonas del cuerpo y evolucionan creando lesiones circulares sin pelo. Deben ser tratadas inmediatamente.

Los parásitos internos (Nematodos y Cestodos) llegan a nuestro gatito desde numerosas fuentes; su madre, otros gatos, hierba, presas... Deberemos administrar antiparasitarios internos siguiendo un protocolo adecuado según la edad, tipo de parásito... Una vez cumplido el plan  inicial de  desparasitación, éstas se repetirán a lo largo de la vida del gato al menos dos veces por año o
más frecuentemente si éste sale a la calle.


LA EDUCACIÓN DEL GATITO

Los gatitos también aprenden pero no se pueden aplicar con ellos las técnicas que se usan con los perros debido a su especial carácter.

Los gatos aunque puedan vivir en grupos no están  erarquizados, es decir, no aceptan jefes de manada. Es por esto que no podemos imponernos a un gato pegándole, porque el castigo no producirá sumisión, sino miedo, rechazo y agresividad. Deberemos aplicar  los “castigos” “in fraganti” y nunca pasado un tiempo ya que ellos carecen de memoria asociativa y por mucho que les regañemos no van a saber por qué.



Cuando nosotros jugamos con nuestro gatito no debemos permitirle que nos haga daño nunca, si no, cuando crezca ya será muy difícil quitarle esa mala costumbre. Cuando jugando nos propine un fuerte mordisco o arañazo, una buena solución es “soplarle” en la cara, cosa que les suele resultar muy desagradable. De este modo asociará determinadas acciones que nosotros consideremos negativas con algo funesto para él.



Para evitar que se suba a las cortinas, armarios o cualquier otro sitio que nosotros elijamos, otro método es la utilización de sprays de agua: cuando esté realizando la trastada, y sin que nos vea, dirigiremos el spray contra él.


EL EJERCICIO

El  juego es para nuestro gatito fundamental. Con él desarrollan el instinto y las habilidades de un buen cazador, desarrollan sus reflejos y músculos y sobre todo disfrutan. Si un gato en un jardín puede darse sus buenos paseos, la vida de un gato casero es mucho más sedentaria: del comedero a la cama y de la cama al comedero. Esto unido a un exceso en la alimentación, nos conducirá irremediablemente a un gato gordo.
Deberemos por ello participar en el juego con nuestro gato desde pequeñito y seguir durante toda su vida suministrándole juegos, ya que será su principal forma de hacer ejercicio.



En España son cada vez más los dueños que sacan a  pasear a sus gatos. Debemos acostumbrarlo desde los primeros meses y usar petrales (nunca collares, ya que se pueden soltar) y correas adecuadas. No debemos forzarles a caminar más de lo que ellos quieran.

Para evitar que pueda coger pulgas, al igual que los perros se ponen collares antiparasitarios, para los gatos hay múltiples sistemas que su veterinario le aconsejará. En cualquier caso, serán momentos muy divertidos y sacaremos a nuestro gatito de su monotonía.


LOS PELIGROS EN CASA

El gato es un animal muy curioso y nuestro hogar entraña serios peligros para él:

Los  cables eléctricos: muchos gatitos los mordisquean con el consiguiente peligro de quemaduras graves en boca o electrocución. Evite que lo haga y cuando se vaya de casa, desenchufe todo.



Las ventanas: un gran porcentaje de las urgencias veterinarias en gatos se deben a caídas desde ventanas y balcones. Para evitarlo, se deben poner mallas o cualquier otro sistema que les permita disfrutar del paisaje pero sin riesgos.



Los electrodomésticos entrañan también peligro: una lavadora abierta puede resultar un lugar muy atractivo para un gatito. Por ello debemos mantener cerradas siempre las puertas de la lavadora, horno, frigorífico...



Las bolsas de plástico pueden hacer que un gatito quede atrapado en ellas y morir asfixiado. Aunque parezca extraño, les encantan.



Las agujas de coser, acaban muchas veces en el interior del esófago de nuestro gatito: cuando las dejamos enhebradas con su hilo, el gatito juega con él, lo muerde, lo traga, y también traga la aguja.

Algunas  plantas son tóxicas para nuestros gatos. Si las mordisquean pueden tener cuadros gastrointestinales o alérgicos y dependiendo de la planta, cuadros nerviosos, renales e incluso cardiovasculares

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